El endeudamiento de las familias argentinas era grande pero con la cuarentena se incrementó mucho más. Desde el Centro de Economía Regional y Experimental todos los meses relevan cuál es el nivel de endeudamiento de las familias y de esa manera cruzan la información con datos oficiales para ver cómo se comporta el endeudamiento, ya sea bancario o no. Los datos son escandalosos.
¿Qué hacer?
Endeudamiento bancario y no bancario
Estamos hablando de deudas que establecemos con cualquier entidad de tipo bancaria y no bancaria. Lo que observamos desde marzo del 2020 hasta acá, es un incremento acelerado sobre todo del endeudamiento no bancario, en donde se van viendo diferentes matices. Al comienzo de la cuarentena, la gente ya arrastraba deuda pero ésta no estaba vinculada directamente a prohibiciones, cierre y cese de muchas de las actividades por la pandemia.
Hoy estamos observando que la mayoría de las personas asocian sus deudas con la pandemia, estando en cuarentena o saliendo de ella. En el último periodo relevado hay mucha preocupación por la pérdida de empleo y por no poder sostener los ingresos. También fueron problemáticas las medidas de vuelta a fases iniciales.
Deudas con familiares y amigos
Al encuestar hogares, las familias manifiestan que desean pagar y que si recompusieran sus niveles de ingreso, lo primero que harían es pagar deudas. Sobre todo porque esta deuda no bancaria se establece con amigos, con familiares, con el despensero de la esquina, etc. entonces tiene una connotación social muy grande. No es lo mismo fallarle a un amigo que fallarle a una entidad financiera, donde de alguna manera esa misma entidad te va refinanciando.
Acá en la deuda no bancaria es una cadena de pago completa que se cae y eso lo más peligroso. Tu familiar o tu amigo te prestó porque tenían unos ahorros, pero ahora nadie los tiene, ni ellos ni vos. Estamos hablando de nueve de cada diez hogares endeudados en Argentina. Es demasiado y muy preocupante.
No estábamos preparados para esto
El endeudamiento sistemático que estamos viendo hoy, tanto a nivel gobierno que es desastroso como en nuestra economía doméstica, en los hogares. Estábamos complicados desde antes pero la cuarentena empeoró la situación. Ahora es momento de enfocarse en soluciones. ¿Podemos vivir dentro de las posibilidades? ¿Qué podemos hacer? Las posibilidades no son infinitas.
La falta de empleo, el cierre de negocios, los cambios, las restricciones, la caída de ingresos y todo lo demás ha sido fatal. Por otra parte, se deja en evidencia la falta de ahorros previos, la descapitalización de la sociedad. La moneda argentina que perdió su valor en cuestión de meses.
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¿Cómo se pudo evitar esta situación?
La respuesta más obvia es ahorrando, pero no es tan fácil hacerlo. Un tema a tener en cuenta es nuestra tasa de ahorro personal. ¿Cuánto ahorramos? ¿Sabemos cuál es nuestra capacidad de ahorro mes a mes? ¿Tenemos buenas prácticas implementadas para que podamos ir apartando determinada cantidad de dinero mes a mes, poquito a poco? ¿En todas las épocas? ¿Podemos hacerlo en las épocas de bonanza y en las épocas de vacas flacas? ¿Lo hacemos sostenible en el tiempo? ¿O solamente lo hacemos ante las posibles crisis? A continuación, algunos consejos para comenzar a ahorrar:
Respetá tu presupuesto mensual
Cuando hablamos de salud financiera, el presupuesto es básico. Es importantísimo que seamos capaces de no solo tener un presupuesto, sino cumplirlo. Y muchas veces se asocia al presupuesto con comportarnos o limitarnos en todos nuestros consumos. Más allá de lo que cada persona considere un consumo responsable, más allá de las capacidades de gasto de cada uno, si vas a gastar en algo, lo importante es que cada gasto tenga su propósito.
Consejo para poder ahorrar
Entonces cuando hablamos de ahorro, cuando hablamos de presupuesto o de recortar gastos, más allá del monto que entra en nuestra cuenta, importa que cada salida de dinero tenga su propósito. Y uno de estos propósitos es el de ahorrar.
Expertos insisten siempre en que el ahorro sea nuestro primer gasto del mes. Es decir, lo primero que sale de la cuenta “apenas ingresa el salario” va a ser ese “gasto” que vamos a meter en la cuenta de ahorros. No ahorramos lo que nos sobra al final de pagar todo y gastar, sino por el contrario: el primer gasto debe ser el ahorro. Y ahí vivimos con lo que nos queda. Esa es una forma de poder ahorrar todos los meses. Ver aquí consejos sobre ahorrar
Bajando gastos
Y hay otro punto que también ayuda a que nuestra economía doméstica se normalice. Y es lograr que el resultado de ingresos menos gastos sea positivo. O en el peor de los casos cero, pero nunca negativo: para lograrlo hay que recortar gastos.
Y no solo hacerlo en época de “vacas flacas” ¿cuándo fue la última vez que miramos si podíamos renegociar o encontrar un nuevo proveedor de algún servicio con una mejor tarifa o algo por el estilo? ¿Cuándo fue el día que cotizamos de nuevo los seguros? hay muchas cosas que hacemos pero otras que no. Este es un tema muy importante y tiene un impacto directamente sobre nuestra cuenta de pérdidas y ganancias personales. Nos puede ayudar a mover esa aguja más hacia el lado de que “sobre el dinero” en vez de que falte.
El peligro de las tarjetas de crédito
Cuidado con el uso excesivo de la tarjeta de crédito. Es un arma de doble filo. Puede ser muy positiva para nosotros para salir de un apuro o por necesitar algo en un momento específico y poder conseguirlo sin mayores trabas ni problemas. Pero en muchos casos también es nuestro mayor enemigo.
Nos surge desde dentro de nosotros el querer comprar cosas que no deberíamos comprar o que no necesitamos. Por lo que si nos vemos utilizando mucho la tarjeta deberíamos tomarlo como mala señal. El punto crítico es nuestro comportamiento y si el banco nos ayuda o no a que nuestro comportamiento sea el idóneo.
Lo ideal debería ser el de pagar la tarjeta al final del mes. Y raro debería ser al final del mes no pagar el balance completo de la tarjeta. El punto negativo de la tarjeta es nuestro comportamiento y enfoque.
El uso de la tarjeta en algunos casos te da puntos, te da una serie de privilegios, acceso a ofertas, descuentos y demás. Son cosas muy atractivas pero el tema es que termines dándole un mal uso y afectando tu forma de pagarla. Eso es un problema importante que deberíamos tomar como señal para dar un paso atrás y replantearlo.
Evitar el exceso de créditos
Hay señales dentro de estos hábitos de deuda que son poco sanos. Uno es el descuido de ciertos gastos relevantes. Cuando nos vemos en una situación en la que tenemos que hacer un gasto importante, deberíamos parar y pensar si podemos comprarnos eso. ¿Necesitamos cambiar tal electrodoméstico por uno mejor? Muchas veces son gastos grandes que nos agarran desprevenidos y somos descuidados por naturaleza. Vamos a intentar solventarlo de forma inmediata, darnos ese gusto ya mismo, y no nos paramos a pensar si posiblemente hay otra opción mejor.
Y luego la peor de todas sin duda: la costumbre de utilizar el crédito para pagar el crédito. Hay mucha gente que está metida en esta rueda del crédito, que tienen que utilizar préstamos para pagar otros anteriores. Eso no solo es negativo de cara a nuestra salud financiera y nuestra economía doméstica, sino que es un problema realmente exponencial. El crecimiento de esa bola de nieve no va a traer consecuencias buenas en el futuro. Y cuando llegue un punto en que nos atrasemos en las cuotas porque ya no podemos pagar, te mandan directo al Veraz.